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Las montañas de nubes

BIENVENIDO

MI MISIÓN

El camino que he recorrido para alcanzar un estado de salud integral me hizo darme cuenta de que solo nosotros mismos podemos sanarnos. No podemos solamente dejar en manos de nadie más nuestra salud; lo ideal es hacer uso de herramientas y apoyarnos en otras personas que nos guíen en este camino.

Considero que los términos “sanadora” y “terapeuta” no me definen porque implican que la persona me haga responsable de su salud y sugieren una relación de dependencia. Creo firmemente que el paciente o cliente debe jugar un papel activo en su sanación y, por lo tanto, mi objetivo es servir a las demás personas ayudándoles a descubrir, trabajar y transformar todo aquello que les estorba en su camino hacia la sanación.

Piedra turquesa

Acerca de mí

Me llamo Lorena Ayala

Por un lado, gran parte de mi vida luché con problemas de salud físicos y emocionales. Cuando era niña, recuerdo que, al menos, un año de escuela lo cursé desde mi cama. En la adolescencia, sufrí de anorexia nerviosa, insomnio, desmayos inexplicables, cólicos extremos y supuestos problemas de gastritis; nunca fui del tipo deportista porque siempre me dolía todo el cuerpo y me sentía muy cansada y hasta que llegué a mis veintitantos, me diagnosticaron porfiria intermitente aguda, endometriosis y disautonomía.

Por otro lado, siempre fui una persona introvertida, sensible a las emociones de los demás, muy intuitiva y, en ese entonces, no sabía por qué, pero me encantaba la soledad. Nunca imaginé que mi sensibilidad e intuición se relacionaban con mis problemas de salud.

Desde que era niña decía que, cuando fuera grande, sería doctora, sin embargo, cursé un año y medio de la carrera de enfermería y ese tiempo fue suficiente para saber que no toleraba estar en un hospital y mucho menos la idea de usar métodos invasivos para tratar las dolencias de los pacientes.

Terminé cursando y ejerciendo la carrera de idiomas en el área de traducción e interpretación que, gracias a mi intuición, se me facilitó bastante.

En el 2014, falleció mi mamá después de años de sufrimiento, dolor extremo y convulsiones diarias que los médicos nunca pudieron controlar a pesar de tener los mismos diagnósticos que yo. Ese año dejé de tomar fármacos y visitar médicos para todas mis dolencias pues, honestamente, sentí que la medicina tradicional nos había fallado tanto a mi mamá como a mí.

Afortunadamente, unos años más tarde, conocí la aromaterapia. El día que me unté la primera mezcla de aceites esenciales, dormí toda una noche por primera vez en mi vida. Mi calidad de vida y mis síntomas mejoraron mucho cuando empecé a tratarme con aceites esenciales y, por eso, me formé en aromaterapia clínica y psicoaromaterapia en el IMA (Instituto Mexicano de Aromaterapia).

Años más tarde, descubrí la importancia del papel que el campo electromagnético de nuestro cuerpo y de todo lo que nos rodea juega en nuestra salud; poco a poco, me di cuenta de que mi sensibilidad y empatía estaban detrás de los síntomas que presentaba y la buena noticia era que la salud, que durante toda mi vida había anhelado, estaba al alcance de mis manos y era mucho más sencilla de lograr de lo que me hubiera podido imaginar.

Actualmente, curso un programa para la realización de lecturas intuitivas y sanaciones energéticas e implemento las herramientas adquiridas en mi vida diaria y en la práctica de aromaterapia. Me apasiona la idea de poder ayudar a personas que, como yo, llevan mucho tiempo buscando un bienestar que no han encontrado en las técnicas de la medicina tradicional.

“Mis dos jerbitos y yo hemos recibido la ayuda de Lorena en varias ocasiones. Cuando uno de ellos transicionó ella me indicó qué hacer para que el proceso fuera lo menos doloroso posible. Gracias a eso y a su comunicación con él, me sentí más tranquila y pude concentrarme en los recuerdos bonitos durante mi duelo en lugar de su ausencia. En las sanaciones revisamos las causas emocionales y energéticas de los padecimientos físicos y esto ayuda a sentirse mejor en todos los niveles. Recurrí a ella por una enfermedad crónica que resultó estar relacionada con el control y la aprehensión y, luego de nuestra sesión, mejoró mi cuerpo, mi actitud y mi bienestar general. Igualmente, sus mezclas de aceites esenciales son excelentes. Gracias a una de ellas superé varios efectos secundarios molestos de un tratamiento”.

Sandra Alvear Hernández

Licenciada en idiomas y traductora profesional

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